Los productos químicos conocidos como destilados del petróleo se encuentran comúnmente en las ceras para muebles. Estos tipos de químicos son nocivos si se ingieren y muy inflamables. Debes almacenar bajo llave las ceras para muebles y otros productos de limpieza que contienen estas sustancias químicas y lejos del alcance de niños, mascotas y fuentes de calor. Para evitar por completo el contacto con estos químicos, compra cera para muebles que utilice una base de aceite no-tóxica mineral o vegetal.
Formaldehído
El formaldehído se utiliza en una variedad de productos de limpieza y pesticidas para césped. Según la Agencia de Protección Ambiental, el formaldehído puede generar cáncer, y se debe manipular con extrema precaución. Este producto químico peligroso no sólo se encuentra en productos de limpieza, como jabones antibacterianos y desinfectantes, sino que también está presente en los muebles de la vivienda que se fabrican con aglomerado de madera.
Pesticidas
Los cultivadores caseros y comerciales usan pesticidas en forma de insecticidas y desinfectantes. Según el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas, están aprobados más de 1.000 principios activos que se pueden usar en los pesticidas. El arsénico, por ejemplo, es un ingrediente activo que se usa en estos productos, y está demostrado que causa cáncer si el individuo se expone a niveles elevados de este químico. A pesar de que ya no se utiliza directamente en la agricultura, aún se encuentra en concentraciones elevadas en las aguas subterráneas y el suelo, y se continua usando para evitar que las plagas destruyan la madera. Según la Agencia de Protección Ambiental, el 80 por ciento de la exposición a los pesticidas se produce por los productos químicos del hogar o por la tierra contaminada que ingresó a la vivienda desde el exterior. Los niños y las mascotas son más susceptibles a la intoxicación por plaguicidas que los adultos, y está demostrado que las exposiciones concentradas de estos productos afectan al sistema nervioso, causar cáncer y provocar problemas reproductivos.
Anticongelante
La mayoría de los consumidores almacenan el anticongelante en el garaje, aunque algunos guardan esta sustancia química nociva en el hogar. Los productos anticongelantes contienen glicol de etileno, que no sólo es tóxico, sino también muy inflamable. El color brillante y el aroma dulce de esta sustancia atrae a los niños y a los animales domésticos, y la exposición a esta sustancia química es peligrosa para la vida.
Limpiadores de hornos
Para que un limpiador de hornos sea eficaz, debe contener lejía. Esta sustancia química es un material corrosivo que puede quemar la piel y los ojos. Algunos de estos productos están disponibles en forma de aerosol, de modo que la lejía se puede dispersar por toda la casa.
Amoníaco
El amoníaco es un limpiador de uso múltiple de larga duración que se utiliza para limpiar mesadas de cocina, cuartos de baño y ventanas. A pesar de que se utiliza con regularidad, el amoníaco es muy tóxico y corrosivo. La exposición a esta sustancia puede quemar la piel, y los vapores que emana pueden quemar los ojos.
Cloro
La lavandina es un químico doméstico peligroso que tiene un olor fuerte. Estos olores pueden causar problemas de respiración, y el contacto directo con el líquido puede quemar la piel y los ojos.
Limpiadores de desagües
La mayoría de los limpiadores de desagües contienen una combinación de ácido sulfúrico y lejía. La Agencia de Protección Ambiental considera que ambas sustancias químicas son tóxicas cuando se ingieren o se salpican sobre la piel. Se pueden producir quemaduras químicas graves si incluso una pequeña cantidad de estos compuestos en contacto con la piel o los ojos.
Bolitas de naftalina
La Agencia de Protección Ambiental considera a las bolitas de naftalina tóxicas, incluso las más antiguas encontradas en los áticos. Estos elementos que disuaden a las polillas contienen productos químicos como p-diclorobenceno y naftaleno, que causan una variedad de síntomas, como dolores de cabeza, náuseas e irritación de la piel. La exposición prolongada a estas sustancias químicas pueden causar daño hepático y en las vías respiratorias.
Monóxido de carbono
El monóxido de carbono proviene de los electrodomésticos, no de los productos de limpieza domésticos. Los creadores de monóxido de carbono más comunes son los anafes de gas, las chimeneas, las calderas y los calentadores ambientales de gas. Incluso si las personas se exponen a cantidades bajas de este químico pueden sufrir dolores de cabeza, dolor en el pecho y fatiga. Las concentraciones elevadas de monóxido de carbono pueden causar la muerte, según la Agencia de Protección Ambiental.